Columnistas Invitados

Guerra del Chaco, 88 años de ingratitudes y desprecio

Recordando el 14 de junio la paz del chaco

Por Ruddy Rolando Cuéllar Rivero

Desde las profundidades de la endiablada tierra del chaco, insurge la voz terrosa y uniforme de los cincuenta mil muertos clamando justicia….

Largos, muy largos años penosamente soportados por los sobrevivientes que respetó o despreció la muerte; allá en esa especie de laberinto ardiente y sediento de vida, de agua y de esperanzas, sentenciados imperdonablemente a una muerte impía…

La implacable guadaña, ciega, muda y sorda, segó a carcajada cínica, la viril existencia de una juventud embridada de patriotismo que no quiso hacerle lance a la muerte.

Ochenta y ocho años atrás de ingratitudes y de inexplicable desprecio a los sobrevivientes, aún en la agonía de su lacerante ancianidad.

Ochenta y ocho años de vejámenes morales, inferidos a estos grandes hombres que con harapos vivieron su vida, barriendo los suelos de la Patria, que con tanta hombría defendieron..

Ochenta y ocho años de total olvido de esos calcinados huesos derretidos por el fuego de un sol inclemente de tono rojo azulado….Fuego insoportablemente abrazador.

Luego de concluida la guerra del chaco, los jóvenes sobrevivientes, vivieron las peores guerras de la vida…la indiferencia  y el total desprecio del estado y los gobiernos de turno, incluso de nuestra sociedad.    Porque el olvido, el olvido perpetuo es como la indiferencia …..también es desprecio.

Hay que decirlo que la gran mayoría de nuestros soldados vivieron luego de la guerra del chaco humillados y maltratados después de esta estúpida hecatombe. Vegetar no es vivir; Vegetar es simplemente morir cada día y seguir viviendo. Esa fue la triste realidad que atravesaron gran parte de los Excombatientes de la guerra del chaco en el país, que sufrieron además la desgracia de soportar los ultrajes vejatorios a la dignidad humana.

Sus últimos años que desfilaron en los actos cívicos, donde las autoridades de turno les batían palmas aplaudiendo su paso ya vacilante, como temerosos de que tal aplauso sea solo una mascarada para ocultar el desprecio con que se los miraba.

Hoy 14 de junio debería de haber homenajes en todo el país, en todos los departamentos, en todas las ciudades de Bolivia, en todos los municipios del país.  Pálidos y tibios reconocimientos son los que reciben nuestros héroes.

Hay que reconocer la voluntad de los gobiernos departamentales del Beni y Santa Cruz, dos de 9 gobernaciones, que les rendirán homenaje a nuestros excombatientes de la guerra del chaco, y a nivel de gobiernos municipales no deben ser más de 10 municipios de 344 en todo el país, que celebran en actos públicos esta fecha.    Dos de ellos los Gobiernos Autónomos Municipales de Magdalena y Trinidad en el Beni, que organizan con antelación toda una programación exclusiva y dedicada a recordar a nuestros héroes de la patria como se merecen. También unidades departamentales de servicios pasivos militares como entidades históricas recuerdan esta fecha tan importante. 

Desconozco si en todas nuestras universidades, unidades educativas, divisiones militares, instituciones públicas y privadas u otras organizaciones se siguen realizando actos públicos de homenaje a nuestros soldados y mártires de la patria…..probablemente en algunas, lo cierto es que no en todas.

En el Paraguay el estado nacional en todos sus niveles político administrativo organizan durante dos semanas, una serie de actos conmemorativos que se extiende en todo el país hasta llegar al 12 de junio, fecha que se celebran con fuegos artificiales, desfiles cívicos, bandas de música, danzas y coreografías dedicadas a la fecha, paradas militares, exhibiciones aéreas militares, conciertos homenaje, participación masiva de la sociedad civil, declarando el 12 de junio feriado nacional. Existe una cohesión social y puesta en común de las entidades del estado superando todas las adversidades políticas.

La guerra del Chaco es sin lugar a dudas el acontecimiento histórico más importante del siglo XX y uno de los acontecimientos de mayor influencia en la historia de nuestro país, es partir de este acontecimiento fratricida entre dos pueblos hermanos, es que se realizó un giro histórico al país, está de más comentar, los cambios trascendentales que se originó luego de la guerra del chaco y que luego de casi 90 años años de concluida la guerra del chaco, todos los bolivianos disfrutamos de la inmensa cantidad de recursos hidrocarburiferos que defendieron nuestros soldados y  hasta el día de hoy han generado desarrollo en nuestros departamentos, municipios, universidades….lamentablemente el estado y la sociedad en general ha olvidado y ha omitido esta situación en la formación educativa y académica de nuestros ciudadanos… peor aún a olvidado a sus héroes.

En cierto modo, casi se puede decir que la constante visible en estos largos años de posguerra ha sido el silencio, el olvido y consiguientemente la ingratitud de la sociedad boliviana por lo que hicieron nuestros valientes soldados en los tuscales del Chaco

Tal vez una de las razones vitales para que ello ocurriera, no ha sido otra que la brutal ausencia de tan importante hecho histórico en el currículo de todos los niveles de la educación escolar. Sólo la educación sistemática hace posible que la historia y la cultura sean alimentos cotidianos de la identidad y la autoestima de los pueblos, traducidos en el orgullo que necesitamos sentir en todo momento.

El año 2025 no solo será el bicentenario de Bolivia, también se celebrará 90 años de ingratitudes, de mala agradecimientos y de inexplicable desprecio de nuestro estado nacional con nuestros héroes de la guerra del chaco.

Serán también 90 años de vejámenes morales, inferidos a estos hombres que usaban harapos, que vivieron con la mano extendida para recibir miserables pagos, que vivieron humillados y hasta el día de hoy no se los reconocen como corresponde, ellos que con tanta hombría defendieron nuestra patria, son nuestros padres, abuelos y bisabuelos, de los cuales todos nosotros los bolivianos de hoy, descendemos.

Estamos a tiempo…