La Gobernación mantendrá hasta fin de año el personal contratado por la emergencia. Las autoridades evalúan la habilitación de centros post Covid-19.
Periodista: Karina Vargas
Impotencia y frustración es lo que invade a los funcionarios del laboratorio del Centro de Salud El Remanso. Desde hace cuatro días no pueden procesar las mil pruebas de detección de Covid-19 que tienen acumuladas, porque no cuentan con los “micro amps”, dispositivos necesarios para el procesamiento final.
Estos insumos los envía el Ministerio de Salud, pero los que llegaron ayer no eran los que se necesitaban. De nada sirvió el esfuerzo del personal del laboratorio, que se alistaba para cumplir un turno adicional y entregar hoy los resultados. Hoy el equipo del Sedes está buscando los “micro amps” adecuados y que permitan reiniciar los trabajos en el laboratorio que puso en marcha la Gobernación de Santa Cruz y que, en estos meses de pandemia, ha permitido que se procesen entre 25.000 o 30.000 pruebas que Cenetrop no podría haber atendido.
“Esto es dramático, porque ponemos todo en el asador y nos cortan las manos de esa manera”, expresó el nuevo gerente de Epidemiología del Servicio Departamental de Salud, Carlos Alberto Hurtado, al referirse a los desafíos que enfrentan a diario en la lucha contra la expansión del coronavirus, durante una entrevista en «Periodismo sin Photoshop, con Maggy Talavera».
Hurtado asumió su cargo el viernes, pero lleva 14 años de trabajo en el área, casi todos bajo la guía de su antecesor, el doctor Roberto Torrez, quien hace unas semanas perdió la batalla contra el coronavirus. Hoy afirma que su desafío es continuar con su trabajo y su legado, así como los del doctor Oscar Urenda.
Otro de los problemas que hoy enfrentan las familias afectadas por la pandemia, es el acceso a medicamentos básicos para el tratamiento, como el Atracurio (nombre comercial), que es necesario en el proceso de intubación. Habitualmente cuesta alrededor de 25 bolivianos y hoy se encuentra por 150 o más en el mercado negro.
Hurtado indicó que está trabajando el Comité de Vigilancia Epidemiológica y se han hecho algunas batidas, pero “se esconden en las redes sociales y es casi imposible tener el control”. Relató que él y su familia sufrieron esta especulación durante el tratamiento del doctor Torrez, no sólo su jefe sino también su padre. “Se necesitan 18 dosis por día, llegué a comprar hasta a 150 bolivianos cada uno, se necesitan 18 por día y eso significa alrededor de 2.800 bolivianos por día” y esa fue la realidad que enfrentó durante los días en que era necesario conseguir los medicamentos para atender a Roberto Torrez.
Dijo que se está tratando de regular a farmacias y clínicas, entre las cuales hay algunas “irresponsables con las estamos tomando acciones”, que se compraban las existencias completas de insumos y medicamentos de las importadoras. “Hemos hecho esfuerzos, pero el mercado negro es grande”, expresó, pero indicó que se tomarán acciones para frenar esta especulación.
Sin embargo, más allá de estos inconvenientes diarios, destacó el trabajo que se ha hecho desde la Gobernación en este período. Se han construido domos, se reforzaron terapias, se compraron medicamentos y equipos de protección personal, las brigadas médicas han atendido en 48 municipios y hoy se alista la adquisición de pruebas rápidas y medicamentos para el tratamiento del coronavirus. “Hasta ahora no nos ha faltado. Hay deficiencias, sí, pero nunca pensé que llegáramos a tener 200 terapias en Santa Cruz” y recordó que, al principio, la construcción de los domos en la Caja Nacional de Salud, parecía una locura, pero hoy están consolidados.
Además, expresó que hay condiciones para continuar en la lucha, pues ayer se le confirmó al equipo del Sedes que el personal de salud que se ha contratado para la emergencia está garantizado hasta fin de año, así como la capacidad de procesamiento del laboratorio de El Remanso. Esas son dos de las cuatro condiciones que se deben cumplir para avanzar en la lucha contra el Covid-19. Las otras dos son que el primer, segundo y tercer nivel de salud funcione como lo hacía antes de la epidemia, y que la población cumpla con las medidas básicas de bioseguridad: uso de barbijo, lavado frecuente de manos, uso de alcohol en gel y distanciamiento social.
Y mientras sigue la pandemia y la lucha por mitigar los contagios, surgen nuevas tareas como la necesidad de habilitar centros de recuperación post Covid-19, ya que muchos pacientes están quedando con secuelas que deben ser atendidas adecuadamente.