Política Sociedad

Tarea urgente para Santa Cruz: definir su relación con Santa Cruz

Antes de pensar en su nueva relación con el Estado boliviano, Santa Cruz debe pensar y definir cuál será su relación consigo mismo. Sin esa tarea cumplida, a Santa Cruz le resultará misión casi imposible lograr la unidad que hoy demanda para encarar y resolver los entuertos que complican su desarrollo en libertad y con autonomía.


Esta fue la idea central expuesta por Maggy Talavera en la Cumbre por la Unidad convocada por el Comité pro Santa Cruz, a la que asistió en representación de la Asociación de Periodistas de Santa Cruz. Treinta y cinco instituciones participaron del encuentro que se desarrolló el pasado miércoles en el Salón Guaraní de Fexpocruz. A continuación, compartimos la exposición presentada por Maggy en la Cumbre.

Toca agradecer, en primer lugar, la invitación hecha por el Comité pro Santa Cruz para que la Asociación de Periodistas de Santa Cruz participe de este encuentro interinstitucional.


Venimos con el mejor de los ánimos para escuchar la voz de cada una de las instituciones aquí presentes, y por supuesto, para dar a conocer la nuestra. Es posible que no vaya a ser del agrado de algunos, o de muchos, pero estamos convencidos de que no podemos dejar pasar esta extraordinaria oportunidad para decir, de frente, qué es lo que nos preocupa.


Nos preocupa, en primer lugar, que esta sea una cumbre más entre tantas, en la que se hable mucho y se logre poco, en la que el qué hacer concentre toda la agenda, dejando de lado o rezagado para el final el cómo hacer. Así lo afirmamos, tomando en cuenta el documento base que nos ha compartido el Comité, como guía para este encuentro.


Tanto en el objetivo central como en los objetivos específicos hay una lista de qué cosas o qué acciones deben ser tomadas para “contrarrestar el impacto de la crisis económica y política emergente” y para “mostrar una sólida unidad institucional”, por citar algunas. En contraste, apenas hay una referencia a la necesidad de detallar cómo esos objetivos.


Remarcamos esto, porque creemos que ya no es hora de seguir dando vueltas sobre qué hacer (ya tenemos una larga lista de tareas), sino definir cómo hacerlo. Esto vale incluso para el Proyecto Nueva Relación de Santa Cruz con el Estado, propuesto por el Comité en base a los resultados de un largo proceso de consultas y debates.


¿Cómo implentar ese Proyecto? Una pregunta que puede aplicarse a todos los qué hacer, en especial a la tan señalada unidad institucional. ¿Cómo lograrla, si hasta hoy no ha sido posible hablar sin tapujos sobre las causas o factores que han provocado la evidente, grave y vergonzosa crisis institucional que golpea a Santa Cruz?


Mucho se habla de las responsabilidades y malas intenciones del gobierno central hacia Santa Cruz, de su “política confrontacional” que “ha sembrado y creado conflictos artificiales, dividiendo sectores locales, imponiendo un clima permanente de animadversión interna que hacen inviable la indispensable unidad de la sociedad civil y la institucionalidad cruceña”. Pero, ¿será todo mérito o culpa del gobierno del MAS?


No se trata de restarle peso o importancia a esa poderosa y perversa apuesta del gobierno para destruir la institucionalidad cruceña y, también, a su aparato productivo. Pero a esa abierta intención se suma otro factor tal vez más grave: la cada vez mayor responsabilidad de los poderes locales (así, en plural) en la desinstitucionalización de la que hoy renegamos Sobran ejemplos para respaldar lo dicho. Entre los que más preocupan por el impacto que provocan están los que vemos en el gobierno departamental, en los gobiernos locales (en el que sobresale el de la capital) y en nuestra universidad pública (la más grande del país).


En cada una de estas instituciones hay conflictos, división, clima de animadversión interna, dificultad por reconocer, admitir y corregir esas fallas. Divorcios no solo entre el ejecutivo y el legislativo, sino también al interior de cada una de esas instancias.


Por supuesto que esto es también desinstitucionalización. Por supuesto que genera no solo malestar, sino también desconfianza y, lo más triste, desesperanza en el pueblo, ese al que siempre se alude en los discursos, pero que en los hechos parece nomás importar poco.


Mientras no seamos capaces de reconocer y admitir que aquí, en casa, estamos repitiendo la receta que tanto le criticamos al gobierno central, será difícil lograr esta unidad institucional a la que hoy nos convoca el Comité. Difícil lograr una nueva relación con el Estado boliviano, sino somos capaces ni tenemos la voluntad de replantear una nueva relación de Santa Cruz con Santa Cruz, de superar este divorcio, confrontación y desconfianza vistos a todo nivel, en prácticamente todas las instituciones y sectores de la sociedad cruceña.


Cuatro factores son determinantes para lograr reencauzar el camino y sincerar esta lucha por la unidad de la institucionalidad cruceña.


El primero: reconocer que hay dos grandes contradicciones a encarar de manera casi simultánea. La que nos plantea la nueva relación de Santa Cruz con el Estado; y la otra, la que nos cuesta admitir, y que es la contradicción vista en la relación de Santa Cruz con el propio Santa Cruz. Ésta última, sin duda, la más urgente.


El segundo factor, no menos importante: recuperar la capacidad de llamar a las cosas por su nombre y la de luchar por ideales que apunten realmente al bienestar de todos los que aquí vivimos; dejar de lado el cinismo en nuestras relaciones, la ausencia de convicciones firmes y la incoherencia hoy evidente entre lo que decimos defender y lo que hacemos.

El tercero: tomar consciencia de la complejidad cada vez mayor que plantea la emergencia, en todo Santa Cruz, de nuevos actores y nuevas demandas. Lo que percibimos ahora es que todavía nos cuesta mucho identificar y admitir esta realidad que vivimos en Santa Cruz, y se vislumbra cada vez más compleja, dada su potencial atracción como “tierra prometida”.

Y cuarto factor: superar ¿el complejo, temor?, desacierto de pretender separar la política de la acción institucional. La política es un factor determinante en la acción institucional, en el logro de cada uno de los objetivos ya señalados. El mismo documento base del Comité así lo reconoce, cuando habla del necesario compromiso de los actores políticos en la concreción del Proyecto para una nueva relación entre Santa Cruz y el Estado boliviano.

Pese a reconocer la importancia de ese compromiso, se sigue insistiendo desde la formal institucionalidad cruceña en marginar a los actores políticos, como lo hemos visto en esta convocatoria. No basta que digan ahora que serán convocados a un nuevo encuentro. Ya debían haber estado presentes hoy, aquí.


Y ojalá también que en esos nuevos encuentros podamos ver y escuchar a más mujeres. Somos pocas hoy, ¿no?