Por: Zulema Alanes B. | (CABILDEO DIGITAL)
37 días de marcha y 27 días de espera. “El Gobierno nos ha declarado la guerra, responderemos con unidad”, advirtió Marcial Fabricano, líder histórico de los indígenas de tierras bajas y vocero del Parlamento Indígena que reivindica los territorios de tierras bajas contra los avasallamientos, las quemas indiscriminadas y la deforestación.
Varios analistas coinciden en que el proyecto político del MAS no es plurinacional sino basado en el dominio etnocéntrico andino y en la destrucción de los territorios indígenas.
“Nos están dando un mal pago, olvidan que gracias a nuestras luchas históricas fue posible la reforma del Estado boliviano”, dijo Fabricano a Cabildeo Digital y anunció que se ha iniciado una nueva etapa “para consolidar la autodeterminación de nuestros pueblos”.
En su opinión el silencio del Gobierno “no es solo una afrenta a los pueblos indígenas de las tierras bajas, es una negación de los principios del Estado Plurinacional que utilizan para proyectar su proceso de cambio”.
La XI Marcha Indígena partió de Trinidad, Beni, el 25 de agosto, recorrió 560 kilómetros hasta la ciudad de Santa Cruz, y ya lleva 27 días en la capital oriental esperando una respuesta a la solicitud de diálogo formulada al Gobierno.
El presidente Luis Arce no sólo no atendió el pedido de diálogo, sino que se reunió con organizaciones paralelas conformadas con auspicio estatal.
Según Fabricano, el primer mandatario al decir “Nos hemos reunido con nuestra Cidob”, reconoce que esa es una organización del Gobierno que no nos representa ni tiene el mandato de los pueblos indígenas.
Dijo que “once marchas, en 31 años, han contribuido a transformaciones históricas que actualmente se pretende destruir” e insistió que “volveremos a cursar las invitaciones al Gobierno, y de ser necesario iremos hasta la ciudad de La Paz ha entregar directamente nuestra solicitud de diálogo”.
Insistió que “Nos están dando un mal pago, nos están dando un mal pago”, pero también advirtió que “estamos listos para esta batalla, no nos vamos a rendir”.
LA AUTODETERMINACIÓN DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS
Fabricano puntualizó que las luchas indígenas tienen su agenda propia y que la conquista de sus reivindicaciones va “más allá de quienes gobiernan y más allá de un Estado que pretende ignorarnos”.
Recordó que, luego de la primera marcha indígena, se han dado avances importantes, “uno de esos avances es la conquista de las autonomías que se ha convertido en una realidad en la Asamblea Constituyente que, aunque ahora no quieren reconocerlo, también fue un logro de los pueblos indígenas, ese fue nuestro planteamiento central en la marcha de 2002”.
Dijo que por ello uno de los planteamientos asumidos por el Parlamento Indígena constituido en el trayecto de la XI Marcha Indígena “reclama que se reconozca nuestra potestad de autogobierno y no vamos a renunciar a ese derecho”.
Insistió que la Asamblea Constituyente otorgó a los pueblos la potestad de autogobernarse y la Constitución Política del Estado “reconoce al Estado con autonomías y una división territorial del poder, a través de una entidad territorial que puede ser departamental, municipal, regional, indígena originario campesina”.
Y repitió que no se puede hablar de Estado plurinacional ni de descolonización “sin el reconocimiento de las instituciones indígenas, lo que implica destruir las estructuras coloniales instaladas en los territorios indígenas”.
UNA MARCHA LEGÍTIMA, UN SILENCIO CRIMINAL
El sociólogo y analista, Renzo Abruzzese calificó como “silencio criminal” la negativa del Gobierno a sentarse a dialogar con la columna de marchistas que espera una respuesta oficial a su pedido de diálogo desde hace 27 días.
Dijo que la conducta de Luis Arce ratifica que “la vocación del MAS es de dominación, no desde una perspectiva plurinacional, sino desde una perspectiva etnocentrista, cuyo objetivo es transferir los contenidos aymaras como elementos centrales de la construcción estatal, y todo el que no esté en consonancia con esta cosmovisión, no merece existir”.
En un debate organizado por el CONADE acerca de las demandas indígenas, la antropóloga Gabriela Canedo, lamentó que en pleno Estado plurinacional continué “el avasallamiento y el despojo territorial”.
“La misma historia de siempre, territorios cercados por agentes externos”, aseguró Canedo y dijo que “el asedio a los indígenas, impide su constitución material, cultural y política”.
Recordó que en las 11 marchas protagonizadas por los pueblos indígenas la defensa del territorio fue la pieza angular de sus demandas y que no es casual que se repita ahora porque “El 2021 los focos de quema arrasaron nuevamente los bosques de la Chiquitania, Amazonia y el Chaco y el 2019 fueron arrasadas 6.4 millones de hectáreas y actualmente sigue vigente un paquete de leyes incendiarias que desemboca en la ampliación de frontera agrícola”.
Por su parte, el abogado Carlos Hugo Molina planteó que ha llegado el momento de “hablar en términos de propuesta de Estado, si el movimiento indígena no asume la responsabilidad de hablar en esos términos va a seguir el juego que pretende el gobierno de marginamiento, exclusión y cansancio”.
Dijo que hay que colocar el cambio climático en la centralidad de las reivindicaciones indígenas porque “los pueblos indígenas han sido los que han conservado extensos territorios que actualmente son estratégicos y deben ser proyectados a la preocupación universal”.
Adhirió a los reclamos indígenas porque constituyen una alerta respecto a problemas mayores como “los procesos de migración acelerados desde la selva hacia las ciudades, con consecuencias cada vez más complicadas porque el 2032 el 90% de la población estará asentada en áreas urbanas y el 10% que no vivirá en áreas urbanas tendrá una gran mayoría de habitantes de los pueblos indígenas”.