(*) Por Maggy Talavera
Literalmente: Santa Cruz de la Sierra había sido “Ciudad Universitaria” solo en papel. A falta de un papelito reconociéndola como tal, de dos papelangos elevados nada menos que a rango de ley municipal. Esto de las dos leyes municipales merece capítulo aparte: deja en evidencia no solo la falta de memoria colectiva, sino también de quienes se han alternado en el Concejo y el Ejecutivo municipal de Santa Cruz de la Sierra, así como en los rectorados de todas las universidades con presencia en la capital cruceña, tanto en la pública como en las privadas.
Cuando digo memoria colectiva, también es literalmente, porque ahí entramos también los periodistas y los medios de comunicación, entre muchos más. Yo entre tantos. Si no fuera un recordatorio casual hecho por el doctor Carlos Dabdoub, vicerrector de la Unifranz en Santa Cruz, el dato iba a seguir en el baúl de los no-recuerdos. Durante una entrevista que le hice el martes pasado, el doctor Dabdoub lamentó que lo de la ciudad universitaria hubiera quedado en nada. Gracias a “don Google” refresqué mi memoria, no sin sentir vergüenza por lo evidenciado. Vean porqué.
Qué tal que ya en marzo de 2015, el Concejo Municipal de Santa Cruz de la Sierra había aprobado la Ley Autonómica Municipal Nº 038/2015, a iniciativa de Angélica Zapata, en esa fecha presidente del Concejo, nombrando a la capital cruceña “Ciudad Inteligente”. Esa ley fue promulgada por la entonces alcaldesa Desirée Bravo el 8 de abril del mismo año. Un día antes de su promulgación, la ley autonómica fue dada a conocer de manera oficial y pública a los rectores de las universidades pública y privadas de Santa Cruz, algunos de los cuales elogiaron la misma, como consta en notas de prensa.
Pese al entusiasmo del momento y a la promesa de la entonces presidente del Concejo, de arrancar de inmediato con un portal de promoción de Santa Cruz de la Sierra como Ciudad Universitaria, así como de reglamentar la ley, nada de todo ello ocurrió. Por el contrario, y vaya a saber una porqué, esa primera ley fue ignorada por quienes eran gobierno local en 2017. Increíble pero cierto: el 14 de diciembre de ese año, el Concejo presidido por Angélica Sosa aprueba la Ley Autonómica Municipal Nº 697, ¡nombrando a Santa Cruz de la Sierra Ciudad Universitaria, Tecnológica y Científica!
Dos semanas después, el 29 de noviembre de 2017, la Ley 697 es promulgada por el entonces alcalde Percy Fernández y, varios meses después, ya en 2018, es entregada en acto público y oficial a los rectores de las universidades con presencia en Santa Cruz de la Sierra. O sea, todo igual a 2015, pero como si fuera todo nuevo, reciente. Amnesia colectiva total (ya me daré tiempo para trabuscar más en los archivos de prensa, para ver si encuentro algún rastro de la primera ley municipal, entre su aprobación en 2017 y la aprobación de la de 2017, para tratar de entender qué pasó en ese interín).
Tanto afán, sin duda con el interés de ponerle sello propio, para que la iniciativa vuelva a quedar solo en papel. Es lo que constatamos ahora, con pesar, gracias a ese ocasional recordatorio hecho por el doctor Dabdoub. La ley cambió de nombre, número y firmas de autoridades municipales, pero ni así logró salir del papel para hacer de la capital cruceña esa soñada Ciudad Universitaria. ¿Será que ahora, cuando queda en evidencia semejante absurdo, el título se hace realidad? Más nos vale a todos, y no solo a los actuales administradores y legisladores del gobierno local, si es cierto ese amor y apego que decimos tener por la ciudad y su gente, en especial los jóvenes, y por el presente y futuro también de todos los que habitamos la capital, merecedora de mejor suerte.
(*) Publicado en El Deber y Los Tiempos, domingo 29 de mayo de 2022