Por Susana Seleme Antelo
“Sin embargo, con el tiempo comprendí que la alegría era un arma superior al odio, las sonrisas más útiles, más feroces que los gestos de rabia y desaliento”.
Almudena Grandes. “Las tres bodas de Manolita”
El inventario 2021, desde el punto de vista humano y de salud pública, es complejo. Tuvo una respuesta científica oportuna con diversas vacunas contra la pandemia COVID 19, pero que no la frenan porque el virus no cesa de mutar.
Desde el punto de vista político, recurro a la inmarcesible Almudena Grandes (+) para deshacerme de rabias y desalientos, frente al odio del centralismo obtuso del Movimiento al Socialismo (MAS), de Evo Morales, Luis Arce y los suyos contra el pensamiento diferente en cualquier parte de Bolivia. Pero sobre todo contra Santa Cruz, en realidad contra el modo de producción capitalista, al que aquí llaman ‘modelo de desarrollo cruceño’, basado en la agricultura intensiva y extensiva para el consumo interno que cubre 70 % de los alimentos que consume todo el país, y en la agroindustria de exportación con valor agregado, que supera los ingresos de hidrocarburos en el PIB. A esa industria, que aporta al salario de Bolivia, que genera trabajo y empleo productivos, comercio libre y servicios varios, el centralismo la quiere destruir, suspende cupos de exportación, pero hace alarde de reactivación económica.
Quiero liberarme también de las rabias y los desalientos frente a la incompetencia y desubicación de los ‘locales’ cruceños, que aún no saben quién es su enemigo principal. ¡Qué desacierto enfilar los dardos contra el exprefecto y gobernador, Rubén Costas Aguilera, el muro de contención frente al MAS durante 15 años! Sabía lo que hacía, cuando sacrificó a su partido, Movimiento Demócrata Social, y a sus eventuales candidatos, y no se presentó a las elecciones de gobernador del 2021 para no dispersar el voto cruceño, para concentrarlo en el candidato de Creemos, Luis Fernando Camacho y evitar que el candidato masista se acercara a la victoria. Fue un acuerdo político.
Y Luis F. Camacho ganó la elección a Gobernador en Santa Cruz, con méritos propios, sí, pero sin adversario que le hiciera sombra y dispersara el voto cruceño. Son varios los testigos de aquel memorable acuerdo, que era confidencial. Lo recuerdo como un deber de la memoria histórica, que no distorsiona ni la memoria ni la historia, porque eran convergentes. Fue un acto de inteligencia y estrategia políticas ausentes en las elecciones nacionales del 2020, con hasta 9 candidatos. El resultado está ahí: le asfaltaron el retorno a un MAS más violento, vengativo, más ensoberbecido que durante los 14 años del ex Morales; un MAS y un presidente Arce que llegaron a imponer mentiras, abusos, injusticias y más centralismo.
Basta ver el Presupuesto General del Estado (PGE). Para el economista, José Luis Parada, “es centralista porque la tajada descomunalmente más grande se queda en el Gobierno central y sólo una pequeña parte va a las regiones y universidades… Está diseñado para sostener un enorme aparato burocrático estatal.” Así, los ministerios de Gobierno, Defensa, Minería y Metalurgia, Presidencia, son los cinco que se llevan más de dos tercios del presupuesto, por encima de los ministerios de Salud y Educación. (Eju.tv 07/12/2021). Otro economista, Antonio Saravia, sostiene que el presupuesto 2022 “es una película de terror… El MAS quiere controlar por completo al país y llevarlo indefectiblemente hacia el socialismo.” (El Deber 6.12.2021). El diputado opositor de Comunidad Ciudadana (CC), Miguel Roca, apunta a que el PGE es un “elefante azul, obeso y torpe” porque “más de 80% de la economía es estatal, es un socialismo parasitario”. (Erbol.06.12. 2021) No obstante ese presupuesto fue aprobado pues el MAS tiene mayoría en el Congreso.
Frente al centralismo exasperante, el exabrupto de la actual gobernación cruceña contra la anterior gestión, rompe el ethos de una identidad con rasgos solidarios, cooperativos, valores empresariales, audacia pionera e institucionalidad creciente, que apostó por su región tras siglos de abandono colonial y republicano, y es hoy a la que fluyen sin cesar la migración del resto del país y de otros mundos. Aquí se crea riqueza. Su redistribución es la otra cara de todo capitalismo.
No se trata hacerse de la vista gorda ante cualquier signo de corrupción, porque seríamos como los masistas que ven la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio. Lo que haya que investigarse, que se investigue, pero con una administración de justicia independiente no subsumida al poder político del MAS y sus aliados locales, que desechan la presunción de inocencia, abusan de la prisión preventiva contra unas y otros con carácter punitivo.
Si arremeter contra la anterior gestión fue sugerencia de un asesor de prensa y propaganda extranjero, antes asesor de Morales y compañía, y de algunos cruceños ofuscados, que venga el diablo y escoja. En todo caso, da la pauta de que aquí hay gente que no sabe quién es su enemigo principal. Que el ex Morales diga que su proyecto revolucionario es anticapitalista y antiimperialista, es una gran mentira, que la nueva sociología la llama ‘posverdad’. En castizo es mentira pura: el proyecto de Morales va de la mano de la cadena de producción coca-cocaína, inserta en el modo de producción capitalista que genera mayor reproducción ampliada de capital, vinculada al crimen organizado global del narcotráfico.
Hace más oscuro el inventario 2021, la conspiración de urdir un supuesto golpe de Estado cuya responsabilidad la endosan a la expresidenta Jeanine Añez, porque es mujer y, como tal, el eslabón más débil de la cadena patriarcal. Machos al fin, le imputan delitos inexistentes y hace 10 meses sufre prisión preventiva.
Sin embargo, aunque el régimen está dispuesto a hacer el mayor daño a personas y a regiones que no comulguen con su impulso totalitario, espero poder liberarme de las rabias y desalientos de este 2021. Deseo que el 2022 traiga la alegría de ver libres a las y los hoy presos preventivos sin juicios justos. Deseo que podamos convivir entre diferentes en democracia con justicia y libertad. Amén.