- Carlos Toranzo analiza las acciones de Comunidad Ciudadana, Creemos y del gobierno de Jeanine Añez, que posibilitaron el amplio triunfo del MAS.
- La economía ya es un dolor de cabeza para el presidente electo. Será necesario coordinar y hacer pactos con la oposición, en diferentes niveles.
Karina Vargas, periodista
La no inclusión de lo popular en el discurso opositor, la cohesión que generó en ciertos grupos del occidente un mensaje con tintes regionalistas y hasta racistas de Creemos, y los desaciertos del gobierno de Jeanine Añez, fueron elementos centrales para el triunfo del Movimiento Al Socialismo (MAS) en las elecciones generales del 18 de octubre, a juicio del economista y cientista político, Carlos Toranzo.
Durante una entrevista con Maggy Talavera, realizada este sábado en el programa “#PeriodismoSinPhotoshop que transmite por radio Marítima, Toranzo dijo también que el amplio triunfo de Luis Arce Catacora y David Choquehuanca no será suficiente para garantizar un buen gobierno.
Por el contrario, Toranzo advirtió que “la economía es un dolor de cabeza y los sectores corporativos del MAS demandan atención. Dependerá mucho de la capacidad política y de administración de Arce. El MAS es una olla de grillos”. Y añadió luego que se requerirán pactos y coordinación con Comunidad Ciudadana y Creemos en diferentes niveles, para viabilizar la gobernabilidad.
“Ya no habrá mucho dinero y se ejercerá el poder con austeridad, porque no hay recursos”, pero la pandemia demostró que se puede apoyar una economía campesina importante, que no fue atendida en los últimos años, y la capacidad de adaptarse de quienes están en la economía informal, el 80% de la población económicamente activa.
Este es el escenario que vislumbra Toranzos luego del proceso iniciado en 2019. “La buena noticia es que la guerra terminó; la mala, que perdimos”, dijo, pero con una serie de aprendizajes y constataciones.
Afirmó que en la campaña de la oposición hubo problemas de fondo.
Por ejemplo, Comunidad Cuidadana apostó justamente por lo ciudadano, por un código democrático que no existe en el país. Lo que “hay son los códigos de una cultura autoritaria corporativa”. Además, lo peor fue que optó por una campaña centralista y hecha desde La Paz, en la que “tampoco empujaron al candidato a contagiarse con lo popular, Mesa nunca entendió que lo social-popular, la tez morena, el cholaje, eran vitales para hacer campaña. Creemos, por su parte, hizo caravanas. Pero el MAS, como siempre, estuvo ensuciándose los zapatos”.
Además, este proceso demostró que “los collas no entienden a Santa Cruz. En 2019, (los cruceños) dieron su voto para sacar al autoritario; en 2020 surge un liderazgo mesiánico que va a lo más profundo de sus demandas, poner la economía en el centro de la propuesta”. Pero surgió el discurso de Creemos, “con tintes regionalistas y también racistas.
Toranzos observó que “eso asustó a sectores populares de Cochabamba, La Paz, Potosí y Oruro, y se cohesionaron nuevamente”, en torno al MAS.
A esto, a juicio de Toranzo, se sumó que Jeanine Añez se convirtió en la jefe de campaña del MAS, con un gobierno que mostró corrupción, violencia y autoritarismo.
“Su gobierno fue trágico, mostró ineficiencia, falta de valores y falta de escrúpulos” y le hizo mucho daño a la oposición, pues “logró que la gente del MAS se victimice y posicione el mensaje de que lo que hizo el gobierno de Añez es lo que van a hacer todos los de oposición, y eso caló muy hondo.”.
Estas elecciones también han demostrado que “la gente boliviana es muy condescendiente con la corrupción, muy permisiva. Si roba y hace, está bien”, pero “definitivamente no estamos peor que en 2019”, aseguró Toranzo.
“El año pasado, la sociedad boliviana sacó a Morales, no hubo reelección y se probó el fraude. Hoy tenemos una solución en términos pacíficos y en las urnas. Hay que asumir que en política se gana y se pierde, y ganó aquello que olía a popular, porque algunos collas de la zona sur creían que su barrio era el país, lo mismo que algunos cambas”, siguió Toranzo.
Toranzo advirtió que ahora es importante que CC y Creemos hagan partido y no caigan en los extremos. “La participación del electorado, un 87%, demuestra que a los bolivianos les gusta ejercer su derecho, se siente parte de la democracia”.
Santa Cruz de la Sierra, sábado 24 de octubre, 2020