Álvaro Ríos Roca, exministro de Minería e Hidrocarburos de Bolivia y actual socio director de Gas Energy Latin America, ha emitido una severa advertencia sobre la crítica situación energética que enfrenta el país. En entrevista realizada por Maggy Talavera en el programa Periodismo sin Photoshop, Ríos comparó la crisis energética boliviana con un agujero negro, afirmando que está absorbiendo la economía y los dólares del país a un ritmo alarmante.
Ríos sugiere que el sector privado debería tener la libertad de importar combustible para aliviar el desabastecimiento y mejorar la eficiencia. “La primera medida que tenemos que hacer es dejar que el sector privado pueda importar para comercializarlo, porque los privados pueden hacer el trabajo de importación más eficiente que YPFB, de eso estoy seguro y que además fue uno de los 10 puntos que acordó el Gobierno con los empresarios semanas atrás ”, explicó el exministro.
El exministro también abogó por una nueva Ley de Hidrocarburos que ofrezca garantías reales de inversión y permita una exploración masiva. “Esta ley debería establecer reglas claras y respetar la seguridad jurídica para atraer inversiones, además de ajustar el sistema impositivo para hacerlo más competitivo”, comentó el especialista.
Ríos advirtió que, de no tomar medidas urgentes, Bolivia podría enfrentar un déficit energético de 5.500 millones de dólares para 2029, sin exportaciones de gas. Para evitar esta situación, subrayó la necesidad de un cambio radical en la política energética del país.
De Exportador a Importador de Energía
Ríos Roca recordó que hace 25 años Bolivia vivió un auge en la producción y exportación de gas y petróleo condensado, generando ingresos sustanciales a través de elevados impuestos y precios altos. Sin embargo, atribuyó la crisis actual a la incapacidad del Gobierno para reponer las reservas energéticas debido a cambios en la seguridad jurídica y a la imposición de nuevos impuestos.
Según el analista, la primera señal de alerta surgió en 2013, pero no se tomaron medidas correctivas a tiempo “Esto lo veíamos venir y mi primera alerta fue en 2013 y bueno me dijeron de todo. Teníamos una balanza energética positiva, es decir la diferencia entre nuestras exportaciones e importaciones eran de 4.500 a 5.000 millones de dólares, porque importamos muy poquito diésel y exportamos gas natural GLP” dijo Ríos y agregó que “la curva comenzó a caer y todos los que estábamos en el sector le veníamos reclamando al Gobierno que hiciéramos exploración, que necesitábamos reponer esas reservas de gas y de petróleo condensado y lo que hemos tenido es una negativa , mientras que daba señales de éxito a la población con mensajes como: ‘Tenemos el mar de gas’, ‘Tenemos 56 proyectos exploratorio’ o ‘YPFB es la fuerza que mueve Bolivia’”
Importaciones en Aumento
Actualmente, Bolivia se encuentra en una situación precaria, con una necesidad creciente de importar combustibles. Ríos señaló que el país necesita importar 3.500 millones de dólares en gasolina y diésel, con importaciones que alcanzan el 85% para el diésel y el 50% para la gasolina. Además, ya han comenzado las importaciones de GLP, un indicador preocupante de la gravedad de la crisis.
Crítica al Modelo Económico
El exministro criticó duramente el modelo económico boliviano, destacando que la nacionalización y el control estatal en sectores clave como los hidrocarburos, la minería y el litio no han funcionado. La falta de inversión extranjera directa ha exacerbado la crisis energética, lo que a su vez afecta la disponibilidad de dólares necesarios para importar combustible. «El modelo boliviano de Estado empresario nacionalista, sin inversión extranjera directa, no funciona», enfatizó Ríos.
Medidas urgentes
El exministro hizo un llamado a las autoridades para que permitan al sector privado importar combustibles de manera inmediata y eliminar las trabas burocráticas que dificultan esta operación. «Esta es una profunda crisis energética que recién estamos comenzando a ver la punta del iceberg», afirma Ríos, instando a tomar medidas correctivas antes de que la situación se deteriore aún más.