El informe de la Defensoría del Pueblo no es vinculante y no establece una fecha para que se subsane las graves falencias que perjudican a las víctimas.
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El informe del verificativo nacional a las oficinas del Instituto de Investigaciones Forenses (IDIF), realizado por la Defensoría del Pueblo el 14 de febrero, devela que existe una sobre carga en la programación en la atención de psicología forense, donde la víctima debe esperar hasta ocho meses para recibir atención apoyo psicológico.
“Existen oficinas en las que el IDIF, en el ámbito psicológico forense, la víctima tiene que esperar hasta ocho meses para una atención médica”, informó el representante de la Defensoría del Pueblo, Pedro Callisaya, a tiempo de remarcar que este dato es preocupante y recomendar a las instancias competentes asumir acciones inmediatas para brindar una atención oportuna a las víctimas de violencia.
Sin embargo, en conferencia de prensa admitió que su informe no es vinculante y tampoco se fijó un plazo para que la Fiscalía General subsane las falencias detectadas. Falta de instrumental médicos, ambientes adecuados y consultorios en los que no hay atención de ningún tipo, son alguno de los problemas que se suman a la falta de psicólogos forenses.
Informó también que, de las 18 oficinas que estaban abiertas del IDIF en el momento de la verificación realizada por la Defensoría del Pueblo, solamente 11 cuentan con psicólogo forense, constatando la ausencia de este importante servicio en los municipios de Villa Tunari, Villazón, Llallagua, Monteagudo, Puerto Quijarro, Caranavi y Cobija.
Asimismo, Callisaya expresó su preocupación por los últimos casos de feminicidios e infanticidios registrados en el país, y aseguró que, “las respuestas que están dando las instituciones a las víctimas de violencia no es óptima, en el ámbito de prevención aún tenemos muchas más falencias”.
El miércoles 6 de marzo, la Defensoría del Pueblo, remitió el informe de la Verificación Nacional realizada a las veinte oficinas del IDIF, con recomendaciones de acciones inmediatas para subsanar las deficiencias encontradas y posibilitar una atención cálida, pronta y, sobre todo, oportuna, para las víctimas de violencia.