Falta de voluntad política, acciones improvisadas y sin rigor técnico se suman a la falta de educación ciudadana y a la presión del transporte sindicalizado a la hora de identificar las causas del caos vehicular y de la insostenible movilidad urbana en la capital cruceña. Napoleón Arteaga, experto en el tema, plantea posibles soluciones.
Planificación urbana son las palabras claves cuando se habla de la necesidad de ordenar el crecimiento y cambio de ciudades como la de Santa Cruz de la Sierra. Dos palabras que sumadas a las de responsabilidad profesional técnica continúan ausentes en la toma de decisiones y definición de proyectos en las instancias públicas responsables del control y administración de ese crecimiento y cambio urbano.
Esa es la primera reflexión que comparte con nosotros el ingeniero Napoleón Arteaga, sub-decano de la Facultad de Ciencias Exactas y Tecnología de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno (Uagrm). No es la primera vez que lo hace, dice, al enlistar algunas de las intervenciones realizadas y propuestas presentadas en encuentros realizados en y afuera de Bolivia.
¿Por qué esas sugerencias no prosperan?, preguntamos. Arteaga admite que en gran parte es porque falta voluntad política en los niveles de decisión, pero a ello se suman al menos otros dos elementos. Uno: las autoridades son reacias a tomar decisiones en base a criterios técnicos, pesa más el cálculo político. Dos: cambio permanente de personal, incluso de nivel jerárquico, que impide hacer seguimiento a cualquier plan. Y para rematar, cambio permanente de planes de una a otra gestión.
Solo por citar un caso, Arteaga recuerda el “Plan Maestro para mejorar el transporte del área metropolitana”, una propuesta elaborada por la Cooperación Internacional del Japón (JICA) y presentada al Gobierno Departamental de Santa Cruz en 2018, después de más de dos años de estudios. El Plan contempla acciones en Santa Cruz de la Sierra y también en sus municipios vecinos, Porongo, Cotoca, La Guardia, El Torno y Warnes.
Ese Plan Maestro detalla un conjunto de medidas a ser tomadas, ordenadas en cuatro planes centrales: de red vial, de transporte público, de gestión de tráfico y de transporte no motorizado. El BRT (Autobús de Transporte Rápido, sigla en inglés) es una de las acciones contempladas en el plan de transporte público. Fue aprobada e implementada en la gestión municipal del ingeniero Percy Fernández, pero anulada en la actual gestión del alcalde Jhonny Fernández.
Aguilera hace énfasis en la falta de criterio técnico en la aprobación y ejecución de obras. La ausencia de ese criterio técnico deriva en obras que no resuelven, sino más bien complican, los problemas de transporte que enfrenta la ciudad. Un ejemplo es el comprobado hace pocos meses en la capital cruceña, tras una fuerte lluvia: avenidas y calles anegadas en el punto donde se está construyendo un paso a nivel.
Eso es resultado de la ausencia de un equipo multidisciplinario que dé una solución integral, contemplando no solo el problema de tráfico en el lugar, sino también los que se derivan de éste, como son los de pavimento y de drenaje. Además de estos, está el gran tema de movilidad urbana sostenible, la gran ausente en las obras ejecutadas hasta la fecha, añade Aguilera.
¿Un mal sin cura?, insistimos en preguntarle a Aguilera, recordando lo señalado antes: falta de voluntad política y toma de decisiones sin criterio técnico. Él hace un esfuerzo por mostrarse optimista, pero una última observación empaña ese deseo: la falta de interés de las autoridades de los tres niveles de gobierno en capacitar a sus funcionarios, con escasas excepciones.
Aguilera aporta con un ejemplo concreto: solo cuatro profesionales han respondido a la convocatoria hecha por la Facultad de Ciencias Exactas y Tecnología de la Uagrm, para una maestría en Gestión de Transporte y Movilidad Urbana Sostenible. Tiene el aval de la Universidad de Yokohama, de Japón, y como tesis final un proyecto para encarar una solución de fondo al problema de la macro-región metropolitana.
“No ha sido por falta de información, hemos visitado varias instituciones, en especial públicas, dando detalles de la maestría, un gran esfuerzo de la Universidad”. Solo el vicegobernador de Santa Cruz y tres profesionales vinculados al Sindicato de Transporte de Santa Cruz han respondido a la convocatoria. Sí, el tan criticado sector del transporte sindicalizado ha mostrado más interés que las alcaldías y la misma Gobernación, apunta.
Solo como dato: la maestría tiene 50 plazas disponibles. Necesita cubrir al menos 35 para poder desarrollarse. Y como señalamos antes, solo hay cuatro confirmadas.
¿Una yapita? Al menos dos instancias aprobadas hace años para encarar y dar solución al problema de transporte y movilidad urbana en Santa Cruz de la Sierra están paralizadas: el Comité de Movilidad Urbana creado por el Gobierno Municipal, que lo preside, en el que participan varias instituciones públicas y privadas; y el Convenio Marco suscrito entre el Gobierno Municipal de Santa Cruz de la Sierra y la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno.