Se trata de Ivermectina, un antiparasitario de uso veterinario que tiene algunas aplicaciones en humanos, cuyo uso defienden algunos médicos bolivianos y que está en proceso de investigación experimental en otros países, como Argentina, para su uso en el tratamiento de Covid-19.
La alcaldesa de Santa Cruz de la Sierra, Angélica Sosa, decidió pedir a los laboratorios productores de medicamentos “la fabricación del producto farmacéutico Ivermectina 6mg, antiparasitario de uso humano, para el uso de la población en el tratamiento de prevención de parásitos en pacientes dentro de nuestro sistema de salud municipal”. El pedido subraya que tal fabricación sea “a la brevedad posible”.
El pedido de la alcaldesa Sosa, hecho formalmente este fin de semana, va contra corriente a lo establecido hasta hoy por el gobierno central en la lucha contra el Covid-19, en cuyas acciones no se incluye el uso de este medicamento. Sin embargo, es importante aclarar que el mismo no está prohibido, tal como se encargó de señalar públicamente la Agencia Estatal de Medicamentos y Tecnologías de Salud (Agemed), a través de un comunicado emitido el pasado viernes. “Agemed no prohibió el uso de la Ivermectina”, cierra el comunicado, en el que aclara que lo que denunció fue el uso de medicamentos veterinarios en humanos.
Agemed aclara también que en Bolivia hay tres medicamentos autorizados para uso en humanos, cuya composición responde a Ivermectina: Vivermet compromidio 8mg, Soolantra crema e Ivermectina compromido 6 mg, que es el que consta en la carta enviada por la alcaldesa Sosa a los productores de medicamentos.
Al margen de estas aclaraciones importantes, la disposición de Sosa desvela una preocupante discordancia de criterios en la lucha contra el Covid-19 en Bolivia y confirma la falta de coordinación de tareas de emergencia en los tres niveles de gobierno.
No es la primera vez que esta falta de coordinación es notoria. Ya a inicio de la emergencia sanitaria en el país, tras los primeros casos confirmados de coronavirus en las primeras semanas de marzo, el gobierno local de la capital cruceña chocó incluso con la Gobernación departamental, al anticiparse en declarar cuarentena en Santa Cruz de la Sierra. Fue una decisión criticada, pero a la que finalmente recurrió el gobierno central, seguido de los gobiernos departamentales. Entonces como hoy, Sosa hizo cuestión de remarcar que tomaba decisiones ante una gran necesidad, considerando además que la Alcaldía es responsable de prevención en salud en el primer y en el segundo nivel.
La decisión de la alcaldesa ha sido tomada en medio de una gran presión ciudadana, dado sobre todo que el mayor número de casos confirmados de coronavirus en Bolivia están en Santa Cruz, principalmente en la capital cruceña. De los 2.556 casos confirmados hasta la noche de este domingo 10 de mayo, 1.633 están en Santa Cruz. Es decir, casi el 65% del total nacional. El mayor número de muertes confirmadas por Covid-19 también están en Santa Cruz: 59 de las 118 registradas en todo el país.
Pese a ser el departamento más golpeado por el Covid-19, Santa Cruz no ha sido el más atendido con la dotación de ítems, equipos y otros insumos de emergencia por parte del gobierno central, que ha centralizado aun más las decisiones obligadas por la emergencia sanitaria.
Pero la decisión de la alcaldesa Sosa, que puede encontrar un motivo en la gravedad de la epidemia en la capital cruceña, choca también con una serie de criterios médicos aun no aclarados del todo. Algunos médicos ya están defendiendo abiertamente el uso de Ivermectina en el tratamiento de los pacientes positivos al Covid-19, como es el caso del nefrólogo Herland Vaca Díez, pero excluyendo el tratamiento preventivo, que es al que apunta el tenor de la carta enviada por la alcaldesa a los productores locales de fármacos. La interrogante es: ¿Sosa tiene aval médico científico para haber tomado esta decisión?,
La decisión de la alcaldesa Sosa se da además en medio de un bombardeo de noticias sobre este remedio, Ivermectina, en pacientes Covid-19. La más reciente, llegada desde Argentina, da cuenta de la aprobación de un protocolo clínico para aplicar Ivermectina en humanos, por parte de un consorcio científico de investigadores del Conicet. Pero esto como un trabajo experimental, cuyos resultados demorarán aun en llegar.
Queda pendiente como tarea urgente una campaña intensiva de educación ciudadana, en la que se aclare si el uso del medicamento es preventivo o curativo, cómo debe adquirirse el mismo (con o sin prescripción médica), cómo será comercializado, el precio del mismo al consumidor, etcétera. Y por supuesto, que se aclare de entrada cuáles son las contraindicaciones de su uso. Algo difícil de lograr por ahora, cuando su efectividad y efectos secundarios son aun desconocidos y están siendo investigados.
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Santa Cruz de la Sierra, 11 de mayo de 2020