Gary Antonio Rodríguez Álvarez (*)
El 17 de marzo de 2022, la Central Obrera Boliviana (COB), que no puede con su carácter, entregó al gobierno un pliego petitorio de 11 paginitas planteando, entre otras cositas, subir de forma obligatoria el salario mínimo nacional en 10% y el salario básico en 7%. El Primer Mandatario, economista de profesión, dijo que el pedido sería evaluado con responsabilidad. Cabe recordar que en 2021 el actual gobierno subió el salario mínimo en 2% y mantuvo congelado el básico, por la precaria situación económica.
Como era de esperar, el empresariado nacional, a través de diferentes instituciones, manifestó su preocupación y rechazó el pedido de la COB por considerarlo inviable, dadas las difíciles circunstancias del sector, de la economía del país y las enormes dificultades hacia adelante que derivarán de la invasión de Rusia a Ucrania, que golpearán fuertemente a la economía mundial y Bolivia no será la excepción.
Cuando el planeta empezaba a recuperarse de la recesión de 2020, resultante de la pandemia del COVID-19 que hizo que la economía boliviana cayera en 8,8% (el mayor descenso del PIB en 67 años); cuando pese a su enorme esfuerzo el país no pudo recuperar en 2021 el nivel que tenía en 2019 (el año de menor crecimiento en casi dos décadas, por cierto); cuando se avizoraba ya la posibilidad de una ralentización de la recuperación mundial por la inflación; cuando millares de empresas luchaban por salir a flote luego del golpe que supuso la debacle de 2020 y el tener que enfrentar la feroz competencia del contrabando en el mercado interno; justo cuando se produce el inesperado conflicto bélico Rusia-Ucrania que amenaza con hundir en una estanflación al mundo (crisis económica e inflación), la dirigencia de la COB se manda, una vez más, fiel a su estilo, un descontextualizado pliego petitorio de 11 paginitas, planteando un incremento del 10% al salario mínimo y 7% al básico, como si no supieran que la inflación de 2021 no llegó siquiera al 1%. ¿En qué planeta vive la COB? ¡Los de la COB son de Marte!
Cuando lo lógico era esperar una actitud racional de su dirigencia, poniendo el hombro al país y a las empresas que generan los empleos para beneficiar a sus representados -los trabajadores-, surge semejante pedido, sin importar un ápice que una inflación tan baja da cuenta de la estabilidad de precios en el país por varias razones, como el dólar barato en Bolivia que, tanto por la vía legal como ilegal, inunda el mercado interno con productos de toda índole a precios tan bajos y hasta ridículos (que hacen suponer el lavado de dinero), apuntalados además por la ventaja derivada de las devaluaciones en casi todos los países, mientras en Bolivia el tipo de cambio se mantiene fijo por 11 años, funcionando como un instrumento antiinflacionario, cuyo costo social es la destrucción de empleos de calidad en los sectores productivo, comercial y de servicios que operan dentro de la formalidad y la legalidad.
¡Imposible ser competitivos frente a bienes importados a precios extremadamente bajos, resultantes de la mayor escala y mejores condiciones de producción en otros países, donde, entre muchas otras cosas, se permite producir alimentos con el uso pleno de la biotecnología, mientras acá tal decisión sigue haciéndose esperar, pese al clamoroso pedido de los campesinos, en su gran mayoría, pequeños productores! No lo digo yo, lo dicen los propios actores del desarrollo económico del país.
La reactivación económica de Bolivia no se dará con aumentos salariales, sino con más inversión, producción, exportación y sustitución competitiva de importaciones. Por el contrario, incrementos salariales fuera de lugar podrían hacer que las empresas que hoy están en terapia intensiva empeoren y de ahí pasen al funeral, como más de una vez lo han manifestado dirigentes de las micro y pequeñas empresas, quienes reclaman que en cumplimiento del Convenio 131 de la OIT puedan ser escuchados también por el gobierno, y no solo los que han llegado de Marte…
(*) Economista y Magíster en Comercio Internacional
Santa Cruz, 30 de marzo de 2022